Carta excéntrica #38
Fábricas de sueños, cuadernos de viaje, delfines y una celebración musical.
Hay un par de personajes famosos que van a aparecer en las siguientes líneas pero, como casi siempre, la Carta apunta fuera de foco, así que hoy tendrán que conformarse con ejercer de secundarios en este paseo por engaños de cine, bellas caligrafías, flores de primavera y músicas intemporales. Pasa, pasa…
Una (falsa) ciudad de película
En 1941, John Detlie atravesaba un momento dulce. En muy poco tiempo, pasó de ser un anónimo escenógrafo y director de arte en Hollywood a convertirse en un hombre famoso y feliz por su matrimonio con la estrella de cine más popular del momento, la jovencísima Veronica Lake.
Ese mismo año, la femme fatale del ojo medio tapado por un rebelde mechón rubio estrenó una película de enorme éxito,¨Los viajes de Sullivan” , mientras Detlie era nominado al Oscar por sus decorados para otro largometraje: “Bitter Sweet”.
Y entonces llegó el bombardeo japonés contra Pearl Harbour.
El inesperado ataque al territorio de Estados Unidos (aunque fuera en Hawai, a miles de kilómetros del continente), provocó promesas, paranoias y bastante pánico.
Promesas de venganza, que llevaron a la inmediata declaración de guerra contra Japón y a que los norteamericanos se sumaran al bando aliado en la Segunda Guerra Mundial. Paranoias como crear campos de concentración donde internar a decenas de miles de ciudadanos de origen asiático por temor a que actuaran como una quinta columna. Y pánico ante la posibilidad de que los ataques pudieran repetirse, especialmente contra objetivos militares sensibles, como las fábricas de aviones ubicadas en la costa del Pacífico.
Aquí hace su entrada John Francis Ohmer, general del ejército y mago aficionado (!), quien sugirió la idea de escamotear a la vista toda aquella instalación susceptible de ser bombardeada. Como un truco de desaparición de David Copperfield, pero a lo bestia.
Propuso una ambiciosa (y carísima) operación de camuflaje con el objetivo de que, a ojos de un supuesto piloto de caza enemigo que pudiera sobrevolarlas, las fábricas militares parecieran inocentes barrios residenciales. Y Hollywood acumulaba el talento necesario para hacerlo posible.
El plan se extendió a hangares, aeropuertos y cadenas de montaje de empresas como Douglas Aircraft o Lockheed. En el caso de Boeing, fabricante de los B-17 y B-29, se encargó a nuestro amigo John Detlie que abandonara su vida social en California y se trasladara a Seattle para aprovechar su experiencia como escenógrafo y proteger de los bombardeos la producción de las “fortalezas volantes”.
Detlie tuvo que resolver el desafío que planteaba camuflar la enorme cubierta de la fábrica, con forma de dientes de sierra. Las 26 hectáreas del techo de la llamada Planta 2 se transformaron, gracias a miles de toneladas de madera, acero, lona y cables, en un trampantojo que desde el aire parecía ser un anodino barrio de las afueras.
Se diseñaron avenidas y calles de pega, bautizadas con nombres como Calle Sintética o Bulevard Arpillera. También se construyeron medio centenar de casas, dos docenas de garajes, varios invernaderos, una tienda y una gasolinera. Todas esas edificaciones se hicieron a tamaño real en cuanto a planta, pero se redujo su altura al mínimo, porque, total, desde un avión no se apreciaría la diferencia.
Frente a la puerta de esas viviendas de solo un par de metros de alto aparcaron coches fabricados en madera. Y el arbolado de las calles se resolvió con palos cubiertos de brea a los que se pegaron plumas pintadas de verde para simular las copas movidas por el viento, aunque también se usó césped en algunas zonas para conseguir mayor realismo.
Detlie pensó añadir un río simulado que desorientara aún más a los pilotos, e incluso barajó la idea -rizando el rizo del engaño- de rematar el inmenso decorado con una falsa fábrica de aviones.
Bajo este montaje de película y durante años, 30.000 hombres y mujeres trabajaron a destajo y sin incidentes en la fabricación de miles de bombarderos. Sea por la incapacidad militar japonesa o por lo bien que se camuflaron, lo cierto es que no hubo ataques contra ninguno de estos enclaves durante el conflicto.
Ya en verano de 1945, tras el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki y la capitulación de Japón, se levantó el secreto sobre las instalaciones. La empresa abrió el recinto a la curiosidad de los medios de comunicación y hasta llegó a organizar sesiones fotográficas con jóvenes modelos dando un paseo por Arpillera Boulevard o disfrutando de un picnic al sol en las falsas calles y praderas de Boeing Wonderland.
Casa de citas
"Es un hecho importante y conocido que las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, en el planeta Tierra el hombre siempre supuso que era más inteligente que los delfines porque había producido muchas cosas —la rueda, Nueva York, las guerras, etcétera—, mientras que los delfines lo único que habían hecho consistía en juguetear en el agua y divertirse. Pero a la inversa, los delfines siempre creyeron que eran mucho más inteligentes que el hombre, precisamente por las mismas razones”.
Diarios de viaje
Unas fotitos ahora, para curiosear los cuadernos de hermosa caligrafía (abarrotados de notas, ilustraciones y materiales efímeros) escritos por el madrileño José Naranja en sus viajes por el mundo. Es un trabajo tan cercano al proyecto editorial o la obra de arte que hasta ha decidido replicar y vender facsímiles de esos diarios iluminados con tinta y acuarela.
Marzo en el jardín
Banda sonora
Un punto de encuentro del canto de los pájaros, el susurro del viento y el rumor de los océanos. Pluhar y L´Arpeggiata vuelven a la Carta por su nuevo disco, donde se mezclan canciones y danzas populares inglesas, piezas barrocas y una pizca de jazz.
Como muestra, aquí está La Rana y el Ratón, tema y vídeo grabados en la Abadía del Mont-Saint-Michel con la artista invitada para celebrar los 25 años de música de la formación: la mezzosoprano Malena Emman, quien, por cierto, es madre de la activista Greta Thunberg.
Pues es todo por hoy; habrá que ir preparando la siguiente. ✋
👻 Si te gusta la Carta, manifiéstate con un like, un comentario o un correo. ¡Gracias!
Pues no se puede recibir una respuesta mejor ☺️. Gracias por la lectura.