Carta excéntrica #23
Frutas prohibidas, muñecas recortables, memoria de Borges y oldies para el verano.
¡Hoooola! Hoy tenemos un picoteo saludable (con mucha fruta variada) para compartir y celebrar así que hemos atravesado otra ola de calor, al menos por estos lares, y vamos de camino al ferragosto. Pistas, recortes y recortables para navegar sin rumbo fijo si estás libre de obligaciones durante el finde.
La esquiva fruta del Paraíso
Una manzana otorgó a Afrodita el título de Miss Diosa del Olimpo, doradas manzanas empujaron a Atalanta a la derrota (y al matrimonio), afanar manzanas del huerto de Hera fue uno de los trabajos de Hércules y la perdición de Adán y Eva se debió, también, a una manzana.
O a lo mejor no.
En casi todos esos mitos hay variantes donde las frutas protagonistas son otras, como el membrillo. Son los casos del juicio de Paris o la misión en el Jardín de las Hespérides.
Y sobre la manzana del Paraíso quizás sepas que la versión hebrea del Viejo Testamento usa un término genérico (fruto prohibido) y no manzano cuando se refiere al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
Al traducirlo para la Biblia Vulgata, San Jerónimo escogió la palabra malus que, además de malvado, podía aludir tanto a las manzanas como a cualquier otra fruta con semillas.
Total, que la ocurrencia de San Jerónimo al jugar con ese doble sentido acabó por convertir a la tentadora manzana en la responsable de los pecados del mundo.
Muchas obras de arte posteriores, como los grabados de Durero o el Paraíso Perdido de Milton acabaron por fijar esa idea en nuestra cabeza.
Pero si lo de la manzana nació de un error de traducción, una mera licencia artística, la pregunta es: ¿con qué otro fruto tentó la serpiente a nuestros requetetatarabuelos?
Hay antiguos textos hebreos que señalan a una variedad del tamarindo. En la tradición islámica se habla, en cambio, del trigo o las uvas. Y la granada, por ser común en todo Oriente Medio, aparece con bastante frecuencia en la relación de candidatas.
Tampoco en el arte hay un consenso absoluto. Miguel Ángel se decantó por la tesis de que si, avergonzados por su traición, Adán y Eva usaron hojas de higuera para cubrirse, lo más lógico sería pensar en un higo y no en una manzana.
Y así lo reflejó al pintar ese pasaje bíblico en la Capilla Sixtina.
Y aún queda otra sospechosa: la cidra, el primer cítrico que llegó a Europa desde Asia.
Demasiado agria para comerla a bocados, era conocida por los judíos al menos desde el 586 antes de nuestra era y, aún hoy, los ortodoxos están dispuestos a pagar fortunas por comprar cidras inmaculadas.
Las examinan a fondo para asegurarse de que no tengan ni marcas, ni magulladuras, ni picotazos de insectos, ya que solo siendo perfectas pueden formar parte de los rituales de la fiesta de los Tabernáculos.
Manzanas, higos o cidras, la moraleja es que de no haber sido por la transgresión de Eva y su desobediencia seguiríamos viviendo en un paraíso eterno e inmutable.
Plácido y sin sobresaltos, sin dolor, sin incertidumbres. Ajenos a la idea del bien y del mal, a salvo de los peligros del libre albedrío y de los riesgos de la curiosidad; exentos de responsabilidades e indiferentes al deseo.
Vamos, que sin Eva y su manzana seríamos unos perfectos imbéciles.
Casa de citas
“Con apenas treinta años, el poeta alemán [Hölderlin] empezó a sufrir crisis mentales. Cuentan que padecía accesos de ira, agitación y ataques de verborrea que no podía controlar. Declarado enfermo incurable, sus parientes lo ingresaron en una clínica.
En el verano de 1807, visitó a Hölderlin en su encierro un ebanista llamado Ernst Zimmer, entusiasmado por su libro Hiperión, y decidió llevárselo a vivir a su casa, junto al río Neckar. Allí permaneció el poeta hasta su muerte en 1843, siempre al cuidado de la familia de su lector.
Sin apenas conocerlo, Zimmer decidió recoger, alimentar y cuidar en su demencia al autor de la novela que amaba”.
Recortables con guasa
Kyle Hilton hace ilustraciones para las más grandes revistas norteamericanas y, con mucha gracia en los detalles, tiene toda una serie de personajes de cine, la televisión y la literatura representados al estilo de esos recortables de papel a los que podías vestir o cambiar de aspecto.
Borges por Piglia
En lo de Jorge Carrión se comparte el enlace a unas clases magistrales de Ricardo Piglia sobre Jorge Luis Borges, emitidas por la televisión pública argentina hace más de una década.
En cuatro entregas, se detalla su influencia en escritores posteriores y sus aportaciones a la novela y el cuento en el siglo XX. También se subraya cómo inauguró un nuevo modo de leer y se explica por qué puede defenderse que es uno de los grandes nombres de la Literatura.
Viejas glorias de verano
En verano muchas discográficas ponen a la venta material de archivo o remezclas de álbumes clásicos: el Voodoo Lounge de los Stones, rarezas de Neil Young, sesiones inéditas de Johnny Cash o de Van Morrison…
De Blur se saca un directo en Wembley y, quizás para mantener viva la leyenda de su rivalidad, también hay nuevo disco de Oasis. Una edición remasterizada del Definitely Maybe con tomas descartadas en su momento.
Como en esta casa somos más de los Gallagher que de los londinenses, te dejo con el Up In The Sky.
Hala, pues ya puedes volver a cabalgar las olas. Que lo disfrutes ✋.
Te recuerdo que puedes contestar a la Carta en los comentarios o enviarme un correo.